No es novedad que trato de vivir la vida como un juego. No es que no me la tome
enserio, al contrario, los juegos (aunque están hechos para perderlos) son para
ganarlos, sino, para qué jugar!?
Disfruto con toda clase de juegos, desde
los virtuales, hasta los reales o cotidianos. Como ese juego que algunos llaman
amor.
Ese juego en particular es uno de los que más me cuesta jugar. No
porque pierda, tampoco porque gane. En fin eso es para otro texto.
Creo
que una vez dentro del juego es difícil echar pie atrás. Es difícil no hacerse
adicto a el, a sucumbir ante los millares de placeres y torturas que
implica.
Siempre he creído tener una estrategia para ganar ese juego
aunque de todas maneras no te hace ganador, pierdes menos y a veces también
ganas menos, pero el “Continue” siempre sigue apareciendo, nunca se te acaban
las vidas.
La estrategia es no enamorarse. Aunque cuesta, porque algunas
veces se juega en niveles muy altos de competencia y uno se pierde en la
extraordinaria gráfica del “character” que eligió para jugar.
Al no
enamorarse, no hay “Game Over”. No existe esa posibilidad, porque nunca se
pierden las vidas, al contrario. Siempre se sigue sumando puntaje. Pero ese
mismo puntaje nunca será tan elevado como el del que no usa esa estrategia de
juego.
Mientras más te enamoras, más puntaje ganas. Más sientes, más
conoces de las sensaciones más puras de todas, las ligadas al
amor.
Siguiendo la teoría en un tiempo se puede llegar a ser un jugador
experto y vivir la vida jugando a ganar siempre con todas las vidas y con un
puntaje, que si bien es menor, crece igual. El problema está en que las vidas
las sigues acumulando y al final ese juego termina por quemar la consola y al
final descubrir que en realidad por más que jugaste y sumaste puntaje, perdiste.
Porque no diste vuelta el juego nunca…
Para jugar este juego, hay que
jugar a perder, con la convicción de que eso nunca pasará y si pasa, la próxima
vez que apriete "Start" seré mucho mejor jugador y al final de todo, descubrir
que aunque la pantalla de “Game Over” haya aparecido mil veces, esas mil veces
son mucho más gratificantes que un “Continue” que no termina nunca de aparecer.